sábado, 27 de enero de 2018

Un emblema para la ciudad de Cádiz

La milenaria ciudad de Cádiz ("Tacita de Plata" en el argot andaluz) ha sido siempre un codiciado lugar para todos los invasores que se acercaban a la Península, no sólo por las innegables riquezas de la zona, sino por un lugar muy asequible por mar, principal medio por el que llegaban todos los visitantes a nuestras tierras, fuera con las intenciones que fueran.

Es por eso que la bahía de Cádiz ha tenido gran trasiego de barcos desde tiempos inmemoriales, y si bien fue una gran colonia de diferentes pueblos en la época antigua, atraídos por su potencial comercial y por la belleza de sus tierras, y esto se extendió a lo largo de los siglos, llegó el momento en que hubo tanta gente que ansiaba tener la ciudad bajo su poder, que se construyó el baluarte de La Candelaria, una defensa que protegía la entrada al puerto de los ataques enemigos. Fue en el año 1672, bajo el mando del gobernador del lugar, Diego Caballero de Illescas.



Por supuesto, gracias al paso del tiempo y de los efectos del mar, este baluarte ha tenido que ser restaurado en varias ocasiones, pero La Candelaria sigue siendo un monumento emblemático de la ciudad. Ahora ya no es necesaria para la defensa, y se usa como sala de exposiciones y un lugar para espectáculos en vivo, gracias a su patio al aire libre; sin duda, sigue siendo parte de la vida del lugar.
Si nunca has visitado Cádiz, no sabes lo que te estás perdiendo. Es un lugar donde disfrutas de día gracias a sus bellas calles y la actividad económica y comercial, y también de noche, pues es un lugar lleno de vida, con multitud de opciones para el ocio y la agradable compañía de sus habitantes. No creo que haya nadie que tras haber estado allí alguna vez, no quiera volver en el menor tiempo posible. Porque Cádiz tiene un encanto que no sólo se puede notar en la actualidad; sobre la ciudad pesan sus siglos de historia, y uno se encuentra entre el ayer y el hoy con toda comodidad, justo como se siente al visitar el baluarte de La Candelaria: sintiendo el peso del pasado, pero disfrutando del futuro. Y seguro que lo mejor está por venir.

Si queréis conocer más de cerca todos los encantos de la ciudad, y hacer un recorrido por sus calles y lugares más emblemáticos, además de conocer historias reales sucedidas en ellas, no dejéis de seguir visitando este blog.