jueves, 1 de febrero de 2018

El Castillo de Santa Catalina, otro emblema gaditano



Ya entrado el siglo XVI, el poderío marítimo de los ingleses  era bien conocido, y también sus ansias de conquistas, no tanto de tierras sino de riquezas. Tras un ataque conjunto de Inglaterra y Holanda, el rey Felipe II (recordemos, viudo de la que fue reina de Inglaterra, María Tudor, y buen conocedor de lo que se podía esperar de los ataques y asaltos de los anglos) ordenó la construcción de una nueva fortaleza defensiva, que saliera al mar aprovechando las rocas y salientes de la costa, en lo que se conoce en la actualidad como la playa de la Caleta.

La fortaleza tiene forma de pentágono, y su forma de penetrar en el mar como si fuera una estrella es realmente espectacular. Su arquitecto fue Cristóbal de Rojas, aunque murió antes de terminar la obra, y finalmente la construcción fue mucho menos ambiciosa de lo que en un primer momento se proyectó. Sirvió, además de baluarte defensivo, como cuartel militar, y en su interior cuenta con numerosos espacios usados como almacenes y aljibes, donde se almacenaban alimentos y pólvora para el mantenimiento de las tropas y de los presos y la defensa del lugar.

En 1985 se declaró Bien de Interés Cultural, y en 1991 el Ministerio de Defensa dejó de hacer uso del lugar. En la actualidad, se utiliza como centro lúdico y cultural. En sus salas se organizan exposiciones, talleres artísticos, mercadillos artesanales... y su patio de armas suele usarse para eventos al aire libre, sobre todo en época veraniega. Es un espacio muy bien aprovechado, y junto con su belleza arquitectónica, es uno de los lugares preferidos tanto de los naturales de la ciudad como de todos sus habitantes.

Cádiz es una ciudad llena de historia, con un gran bagaje cultural y artístico, y señales de todos los pueblos que han pasado por ella. Por suerte, todos podemos disfrutar de las numerosas muestras de todo esto, y unir el pasado y el presente con toda normalidad.